Las imágenes de humor publicadas en esta web se inspiran exclusivamente en noticias reales difundidas en distintos medios digitales. Su finalidad es única y exclusivamente humorística, como ejercicio de libertad de expresión (todavía a fecha de agosto de 2025) reconocido en España, y en ningún caso reflejan la opinión personal del autor ni de la página. Pueden gustar más o menos, pero nunca deben interpretarse como apoyo, promoción o crítica directa hacia ningún partido político en particular. Se trata de una representación en clave de sarcasmo e ironía de los sucesos que circulan en la red, sin más pretensión que ofrecer una mirada humorística y crítica de la actualidad, además de la promoción del libro RAGNAROK A LAS 3 MENOS CUARTO.
A veces la realidad supera la ficción en Expaña. Cada viñeta está inspirada en la noticia del día o del momento y siempre con el tono de humor del libro «Ragnarok a las 3 menos cuarto«
La «Solución» Progre a la Okupación
16/10/2025 -A raíz de las declaraciones de Irene Montero por X en un vídeo sobre la Ocupación.
¡Qué tiempos aquellos años 80! Cuando uno podía escuchar canciones sin que se manifestaran inmediatamente tres agrupaciones de esas de muchas siglas (cada una con más consonantes que un trabalenguas en galés), otras tres que se dicen feministas pero practican el curioso arte de la indignación selectiva, y los nuevos guardianes de la moral que ven en el reggaetón una herramienta educativa perfectamente aceptable para los niños, pero consideran peligrosa cualquier canción de hace cuarenta años.
Es notable cómo estos grupos han desarrollado una sordera muy específica: pueden detectar una letra «problemática» a kilómetros de distancia, pero curiosamente pierden toda capacidad auditiva cuando se trata de ciertos géneros musicales contemporáneos o cuando una niña española de 14 años necesita que alguien alce la voz por ella.
Como diría el bibliotecario de L-Espacio: «Ook» (que traducido significa: «La coherencia es un lujo que no todos pueden permitirse»).
Hay Ideas que, al nacer, deberían ser arropadas con una manta y devueltas suavemente a la cama con un «ya si eso mañana, ¿vale?». La última genialidad emanada de los pasillos donde se decide nuestro futuro es una de esas. La han llamado, con esa prosa que convierte la burocracia en poesía involuntaria, La Jubilación Reversible¹.
La cosa, en esencia, es sencilla. Manolo y Pepe, de la recién formada Milicia de la Tercera Edad del barrio, lo comentaban esta mañana mientras hacían una guardia un tanto estática junto a la fuente de los patos.
—Pepe, ¿has leído el Boletín? —dijo Manolo, ajustándose un casco que claramente había conocido tiempos mejores, probablemente en el bando perdedor.
—Con que no me hagan correr, Manolo, como si la llaman la Reencarnación Forzosa. Que tengo la ciática que no me responde ni con preaviso.
—No, hombre, no. Es mejor. Dice que ahora, si la Patria lo necesita, podemos «des-jubilarnos» temporalmente para defender las instituciones. Con nuestro fusil reglamentario.
Pepe miró el CETME oxidado que tenía apoyado en el banco. Pesaba más que su hipoteca.
—O sea, que el plan del Gobierno para superar la crisis es que la resolvamos nosotros, pero esta vez con un chopo que no dispara desde la Guerra Civil. ¿Y la pensión nos la suben o nos la «revierten» también?
Manolo se encogió de hombros. —No lo especifica. Supongo que es por amor al arte.
Y ahí estaba. El ingenio de un estado que había descubierto que la mejor forma de ahorrar en pensiones y en defensa al mismo tiempo era fusionar ambas partidas. Es una táctica que ya se ha visto en otros lugares con climas tropicales y una querencia especial por los uniformes de color caqui², donde la lealtad de la población civil armada es directamente proporcional a su edad y a su necesidad de no perder el turno en la panadería.
Es en estos momentos, cuando la lógica se va de vacaciones a un paraíso fiscal, cuando uno empieza a pensar que el universo ha perdido una pieza fundamental de su maquinaria. Y es entonces, inevitablemente, cuando le toca al fontanero arreglarla³.
¹ Una Jubilación Reversible es un concepto fascinante que opera bajo el principio de que una promesa, especialmente si es del Estado, no es tanto un contrato como una sugerencia sujeta a las mareas de la conveniencia fiscal. Es como un billete de «Salga Usted de la Cárcel» del Monopoly, pero al revés.
² Nos referimos, por supuesto, a la admirable estrategia de repúblicas donde el concepto de «pueblo en armas» se traduce, en la práctica, en darle un fusil a tu abuela para que defienda la revolución mientras hace la cola para el pan. Garantiza una lealtad inquebrantable (y que nadie se cuele).
³ Porque el universo, en su infinita sabiduría o en su desesperado caos, siempre busca el equilibrio. Y cuando los engranajes del poder se atascan con la herrumbre de la ideología y la estupidez, no envía a un ángel ni a un superhéroe. Envía a la única persona que sabe de verdad lo que es lidiar con una fuga importante en un sistema a punto de reventar. A veces, con la ayuda de un dictador muy cabreado atrapado en su caja de herramientas.
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